Me encanta dibujar mandalas. Me relaja muchísimo!
Pero todavía no he conseguido hacer una simétrica al 100%… Y es que dibujar con dos niños al rededor es muy difícil… Por eso todas mis mandalas tienen irregularidades. Pero como alguien me dijo una vez en la imperfección está la belleza… 😉
Esta la hice sobre un folio negro con un Pilot dorado.
Y aquí utilicé un papel más grueso, de los que se usa para las cartas. El boli dorado es el mismo que en la otra mandala, pero en este papel no se nota tanto el trazo, sino que el color se extiende mejor. Para los puntos rojos he utilizado un uni Posca, que pintan super bien en los papeles oscuros.
Para esta mandala utilicé un papel de acuarela de 200gr, y en el fondo hice una especie de espiral con acuarelas. Y claro, entre el grueso del papel y la pintura no se puede utilizar luego encima cualquier boli pigmento porque rompes la punta… El que mejor me funcionó fue un Faber-Castell de punta fina. Me trajeron los Reyes un estuche en el que venían 8 bolis, dos de punta redonda y 6 de punta pincel. Y deciros si no los habéis utilizado, que son muy recomendables, porque la tinta es muy duradera, y el negro es muy negro!
Y esta es la última que he hecho, en una libretita muy chula que me regalaron de hoja amarillenta. Para esta he utilizado bolis de pigmento Micron, y unos Stabilo para dar sombra y colorcito.
Podéis observar que me gusta hacer mandalas diferentes, sobre todo minimalistas. Porque la idea es que todo fluya al rededor de un punto central, no?
Karla 